jueves, 12 de julio de 2012

En algún lugar de Teo de cuyo nombre no quiero acordarme


Hay quien narra epopeyas sobre épicos héroes, de joven edad, brillante armadura y pelo resplandeciente que siempre vencen contra el mal personificado. Y se puede deducir entre líneas que varios de ellos disfrutaban bastante de su fama entre las mujeres (…en la cama. Ya sabéis, disfrutaban en la cama de esas mujeres).
Pero muchos estamos cansados de ver al hombre protagonista ejercer con valentía sus labores de semidiós, y estamos ansiosos por ver al fin un videoclip en el que sea la mujer la que da cachetazos a las posaderas de Daddy Yankee, o que sea el hombre el que venga del futuro a presentarnos su asombroso detergente. Este cambio es el que vengo a presentar. Este cambio es el protagonista de este magnífico relato.


No debemos olvidar que en toda aventura épica hay un importante protagonista, la figura clave y adalid de la andanza.

Milady de Cacheiras había sido criada en un estricto y riguroso ambiente noble: mucho dinero y poca fiesta. Había pasado las mañanas desde que formulara sus primeras palabras aprendiendo las artes del canto, la cocina y los remiendos en piezas de ropa ya bastante jodidillas. Las tardes las ocupaba con sus lecturas obligatorias sobre la castidad y la música, no pudiendo jamás alterar su rutina (a no ser que apareciese un dragón por el pueblo, que solía pasar muy a menudo, a decir verdad). De esta manera había crecido la menuda Lady Lía hasta cumplir la mayoría de edad.

Agobiada por no poder quedarse en los jolgorios de la plebe hasta más de medianoche, un día, la jovencita damisela decidió huir de su agrietado castillo y de las zarpas de sus adinerados y púdicos padres. Les debía todos sus conocimientos sobre la vida a sus progenitores, pero Lía sabía que un mundo lleno de hazañas heroicas le esperaba más allá de los setos de su fortaleza. La misma noche que resolvió su fuga, robó un caballo de los establos y, cabalgando hacia el horizonte, más allá de las tierras de Teo, la Lady más risueña de la comarca abandonaba su propio hogar, convirtiéndose desde aquella en


LÍA, LA LADY DESCARRIADA







1 comentario:

  1. jajaja
    Lía!!! queremos leer más!!
    y para que veas qué guay soy, estreno los comentarios ^^
    la verdad es que mola un montón :)

    Fdo.
    tu vecina y taxista de Teo ;)

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